Elena Rybakina ha logrado un resultado histórico en Wimbledon 2022: nunca una tenista de Kazajstán había llegado a la final, en realidad ya la semifinal, en un torneo de Grand Slam y nunca había alcanzado un ranking tan alto.
A costa quedó la ex número 1 del mundo Simona Halep, goleada con un doble 6-3 en una hora y 16 minutos de juego. La figura de Elena Rybakina, sin embargo, ha llamado la atención de aficionados y profesionales no solo por lo demostrado en la cancha, sino también por el discurso relativo a su nacionalidad.
Nacido en Moscú el 17 de junio de 1999, el joven jugador optó, en junio de 2018, por dejar la federación rusa a la kazaja.
Y cuando un periodista le preguntó si se sentía más rusa o más kazaja, Rybakina respondió, algo avergonzada, así: "Es una pregunta difícil, pero quiero decir que, aunque nací en Rusia, represento ante todo a Kazajistán.
Ya es un largo camino para mí. Estaba jugando en los Juegos Olímpicos y en la Fed Cup. Recibí mucha ayuda y apoyo. Siento el apoyo de la gente y estoy muy feliz de representar a Kazajstán porque creo que también traigo resultados que son muy buenos para el deporte en Kazajstán. Sí, para mí es una pregunta difícil, solo decir exactamente cómo me siento."
Tsurenko y la incomodidad de enfrentarse a tenistas rusos o bielorrusos
En la derrota subsanada en Roland Garros ante la dominatriz absoluta Iga Swiatek, fechada el 23 de mayo de 2022, la experta tenista ucraniana Lesia Tsurenko había comentado, entre otras cosas, la decisión tomada por los organizadores de Wimbledon de prohibir la participación de rusos y bielorrusos. , de acuerdo con la elección.
No solo eso, la joven de 33 años incluso había declarado que se sentía incómoda pensando en la posibilidad de enfrentarse a oponentes de las dos nacionalidades en un torneo, dados los sonados hechos bélicos entre Rusia y Ucrania: "No me siento bien cuando juego contra jugadores rusos o bielorrusos porque me recuerdan lo que está pasando en mi país.
Incluso me planteé si jugar esos partidos o retirarme, por si tengo que afrontarlos. Mi decisión final es jugar, ya no tengo 20 años, no sé cuánto tiempo estaré aquí, así que quiero aprovechar para seguir jugando. Pero es doloroso, siempre me gustaría no tener que cruzarlos en los sorteos, mentalmente es muy complicado."