Luca Limonta, nacido en 1972, comenzó a jugar al golf a los 8 años. Su padre, socio histórico de Villa d ‘Este, le transmitió el amor por este deporte y por uno de los clubes más bellos de Italia que rezuma historia desde todas las esquinas.
En el clubhouse me cuenta cómo se siente en casa y cómo todos lo aman. Sin embargo, hay otro lugar donde Luca se siente como en casa y se siente amado. Un lugar que poco tiene que ver con el golf: el departamento de cardiología del hospital auxológico San Luca de Milán.
Pero vayamos paso a paso.
Luca Limonta, historia
Hasta los 41 años, Luca ni siquiera sabe qué es un hospital, se pasa la vida sin preocupaciones. Apasionado del buceo, 2 hándicap (los profesionales juegan cero hándicap, ed) y padre de dos niñas, Luca, en ese momento, también era piloto de hidroaviones.
Fue durante su reconocimiento médico en el instituto aeronáutico de medicina forense para renovar su patente que le diagnosticaron prolapso de la válvula mitral. Una enfermedad muy extendida y generalmente poco peligrosa pero que en el caso de Luca es solo el comienzo de una escalada de diagnósticos cada vez más complicados y graves.
En un instante, el mundo que conocía ya no existe. El primer pensamiento va a la familia y el segundo a cómo esta patología cambiará su vida. Pasa menos de un año y Luca se encuentra en el quirófano para una operación larga durante la cual su corazón se detiene durante 63 minutos.
La intervención tiene éxito, pero Luca ya no podrá pilotar aviones ni bucear. Afortunadamente podrá seguir jugando al golf pero no es suficiente. El corazón de Luca necesita actividad aeróbica y de ahí su pasión por caminar, que define más de un ejercicio como un viaje introspectivo complejo.
A partir de ese momento recorrerá a lo largo de los años las diferentes etapas del Camino de Santiago hasta cubrir más de 1.350 km. A pesar de los problemas de salud y siempre bajo una estrecha observación, Luca logra adaptarse a una nueva normalidad de la enfermedad cardíaca pero lamentablemente no ha terminado.
En 2016 su estado empeoró, los controles se hicieron más asiduos, los tratamientos más pesados. En 2019 siente que algo anda mal en su corazón. También le cuesta mucho jugar al golf. Luego, los médicos profundizan sus investigaciones para comprender de qué depende ese empeoramiento.
El resultado es difícil de aceptar. En los dos años siguientes la situación empeoró. Luca descubre que está «sujeto al riesgo de muerte súbita». Su corazón, en cualquier momento, podría dejar de latir y la única solución es insertar un desfibrilador.