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En 1984, en los viejos tiempos del trueno turbo, el volante de un automóvil de Fórmula 1 era un componente simple y poco sofisticado que presentaba solo los tornillos de fijación del cubo.
Sin botones, perillas giratorias, interruptores o lectura digital… Y era así porque el trabajo del conductor en ese entonces era… bueno, conducir. (Inserte un suspiro de nostalgia aquí.)
Por cierto, este es Manfred Winkelhock, sentado en su ATS en el Gran Premio de Alemania de 1984 en Hockenheim.
El post ¡Mira mamá, sin botones! apareció por primera vez en F1i.com.
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