Para muchos fanáticos del automovilismo en todo el mundo, es difícil aprovechar el final de abril y el comienzo de mayo sin recordar los trágicos eventos que se desarrollaron en Imola en 1994.
Cuando Roland Ratzenberger perdió la vida en la primera sesión de calificación para el GP de San Marino, era un talentoso piloto austriaco de 33 años con un estilo extravagante y un carácter encantador.
Su muerte fue una tragedia absoluta, no solo para su familia y amigos, sino también para el pequeño y unido equipo Simtek para el que competía en la Fórmula 1.
El accidente de Ratzenberger fue la primera víctima mortal en un Gran Premio en 12 años.
Por desgracia, no sería el último ese fin de semana…
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