La muerte repentina de la a estrella de fútbol de la Universidad de Stanford, Katie Meyer, está bajo sospecha. Los padres de la jugadora y estudiante han hablado en diversos medios americanos cuestionando si en el suicidio de su hija no intervino una acción disciplinaria que le iban a imponer en el centro universitario.
Además, han querido enviar un mensaje a la sociedad para alertar sobre las posibles señales y riesgos de suicidio entre los jóvenes. Steve y Gina Meyer se han querido involucrar con la esperanza de evitar que otros padres afronten la misma tragedia tras confirmarse que su hija de 22 años se suicidó .
Los padres de Katie Meyer han asegurado que el temor de su hija a una posible medida disciplinaria de la escuela pudo haber contribuido a su muerte a principios de la pasada semana. La prometedora portera de fútbol, que estaba a solo unos meses de graduarse, fue hallada muerta en su dormitorio el martes. «Los últimos dos días son la peor pesadilla de una madre y no te despiertas de ella. Así que es horrible, estamos en shock», dijo Gina Meyer en la NBC News.
En su búsqueda de respuestas sobre la muerte de Katie, la pareja dijo que creen que ella recibió un correo electrónico alertando de una posible acción disciplinaria de la Universidad.
«Katie, siendo Katie, estaba defendiendo a un compañero de equipo en el campus por un incidente y las repercusiones de defender a ese compañero de equipo posiblemente derivaron en una acción disciplinaria», dijo Steven Meyer en ‘Today’.
«Todavía no hemos visto ese correo electrónico», señaló Gina. «Ella había estado recibiendo cartas durante un par de meses. Esta carta era una especie de carta final de que iba a haber un juicio o algo así. Esto es lo único que se nos ocurre que desencadenó algo».
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La Universidad de Stanford emitió un comunicado con respecto a la creencia de los Meyers de que su hija podría enfrentarse a medidas disciplinarias por parte de la escuela: «Toda nuestra comunidad está devastada por la muerte de Katie, y compartimos nuestras más profundas condolencias con la familia de Katie y todos los que la conocieron en Stanford, en todo el país y en todo el mundo. Katie tocó tantas vidas. No podemos compartir información confidencial sobre asuntos disciplinarios estudiantiles. Nosotros, como comunidad universitaria, seguimos de duelo con la familia de Katie y apreciamos nuestros recuerdos de ella».
La familia Meyer espera iniciar una conversación con los gestores de la Universidad para esclarecer todos los hechos. Los padres a menudo no reciben alertas sobre lo que está sucediendo con sus hijos porque la mayoría de los estudiantes universitarios tienen más de 18 años y se consideran adultos, pero los Meyer sienten que perdieron la oportunidad de salvar a su hija si hubieran sabido por lo que estaba pasando.