La leyenda española del Tour de Francia, Alberto Contador, anunció la semana pasada que le han extirpado 100 tumores benignos.
El dos veces ganador del Tour de Francia publicado en su cuenta de Instagram con un video en el que todas sus piernas y su torso estaban envueltos en vendajes y tenía esparadrapos en los brazos.
“Ayer tocó ir al taller”, escribió el ciclista convertido en comentarista en su cuenta de Instagram. «¡Necesitaba que me quitaran algunos lipomas y resultó que tenía más de 100! No voy a montar por un tiempo».
El ex piloto de Astana dijo que esperaba volver a subirse a su bicicleta el próximo mes y que tenía la intención de operarse desde hace algún tiempo.
Desde que publicó ese video, el dos veces ganador del Giro de Italia parece estar de buen humor publicando un obsequio para una suscripción a la plataforma de entrenamiento virtual Bkool y varias imágenes de él disfrutando de las típicas celebraciones navideñas con su familia.
Ahora tiene tiempo de sobra para recuperarse por completo antes de reanudar su trabajo diario habitual de gestión de su marca de bicicletas Aurum, de la que es copropietario con el también ganador de grandes vueltas Ivan Basso, y aparece como experto en la cobertura de ciclismo de Eurosport.
No todo han sido malas noticias para Contador en las últimas semanas. El equipo Eolo-Kometa, en el que está muy involucrado y al que suministra bicicletas Aurum, recibió la confirmación de su estado ProTeam a principios de este mes.
El español es fotografiado regularmente montando con los profesionales del equipo en Instagram y en 2021 Cycling Weekly habló con el británico John Archibald, entonces en el equipo, quien nos dijo que Contador sigue siendo el atleta en cada centímetro.
“A Contador le gusta martillar todavía”, recordó el escocés. “Cuando estábamos haciendo una cadena que iba y venía, él es el que patea. No me atrevo a patearlo porque probablemente te pateará más fuerte. Dice que tiene sobrepeso y que no tiene la misma forma que solía tener, pero todavía le gusta andar duro.
No se puede decir lo mismo de Basso, que tiene un papel más práctico con el equipo. “Si comenzamos a subir una colina por encima de la zona dos, diría, ‘Woah, cálmense muchachos’”, dijo Archibald.