Los Gallos Blancos de Querétaro se encuentran en el ojo del huracán tras la fuerte batalla campal, que protagonizaron los grupos de animación del club y de los Rojinegros del Atlas, que derivó en la suspensión del juego, de la actividad dominical en la jornada 9 de la Liga MX y dejando con saldo de 48 personas lesionadas.
Manuel Velarde, el presidente del conjunto queretano, ha dado la cara y aclaró que fue un problema de funciones de los elementos de seguridad dentro y fuera del estadio La Corregidora para poder controlar los actos de violencia.
«Los 600 elementos cumplen para el partido que se celebró ayer. No fue tanto por el número de elementos, sino de funciones», expresó.
Además, el directivo de los Gallos Blancos de Querétaro afirmó que a partir de este día el club termina con toda relación con los integrantes de la barra de animación que propiciaron los lamentables hechos.
«Les puedo adelantar que es una prioridad, concluir la relación con cualquier tipo de barra», sentenció.