Los problemas de salud mental en el deporte de elite derivados de la alta exigencia competitiva están empezando a salir a la luz sin complejos. El tabú de la ansiedad y la depresión entre los deportistas se ha roto de forma definitiva. Casos aislados como el de Andrés Iniesta, exfutbolista del Barça, o más recientemente de Naomi Osaka, exnúmero uno del mundo en tenis, o Simone Biles, actual campeona olímpica, han abierto la veda a otros deportistas que se han visto sumidos en la misma situación.
Hace unas pocas semanas el fútbol femenino español conocía el caso de la futbolista Irene López (20 años), del Madrid CFF, quien anunciaba que dejaba el fútbol al ser incapaz de gestionar la ansiedad. Campeona del mundo con la Sub’17, su nombre había sonado con fuerza en los últimos años junto a los de Claudia Pina o Eva Navarro, aunque ella ha decidido bajarse del tren de la alta competición.
«Nadie te enseña a manejar el estrés y la ansiedad que puede conllevar la competición de alto nivel», lamentaba la futbolista en una carta el pasado febrero, en que anunciaba su retirada de los terrenos de juego. «Podría ‘disfrazar’ los motivos por los cuáles dejo el fútbol, pero no lo voy a hacer, lo dejo por cuestiones de salud mental», añadía.
«Al principio lo llevé en silencio porque no me atrevía. No sabía qué me pasaba. No me entendía ni yo y dudaba que me pudiera entender la gente», reconocía en una entrevista con al Federación Española de Fútbol.
Cada vez son más los deportistas que deciden dar a conocer sus casos para poner un poco de luz sobre el asunto. Este mismo año, el brasileño Gabriel Medina, tres veces campeón del mundo de surf, anunciaba su retirada repentina a tan solo unas horas de que comenzara la World Surf League en Hawai, competición en la que debía defender el título.
Los jugadores de baloncesto Alex Abrines, que tuvo que abandonar su sueño de la NBA, o Ricky Rubio, azotado por la muerte de su madre, destaparon también que sufrían serios síntomas de ansiedad, un mal que está dejando de ser tabú en el deporte gracias a estos testimonios.
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