“A medida que me hago mayor, me interesa más crear soluciones que simplemente hablar sobre las desigualdades actuales o de los placeres simples de la vida”, dijo Lauren Hill.
«Creé el Cuestionario de la Comunidad de Mujeres Surfistas para intentar hacerme una idea de cómo nuestra comunidad de mujeres surfistas quiere hacer avanzar la industria, si es que quiere hacerlo”.
Hill, nacida en Florida y residente en Byron Bay, ha trabajado en la industria del surf durante casi dos décadas como embajadora de marca, escritora, autora, podcaster y cineasta. En ese tiempo, cree que la industria ha cambiado significativamente. Siente que la industria del surf podría estar comenzando a emerger de lo que ella llama “la resaca cultural hipermasculina y de fiesta de hombres”. Si es así, ha sido una buena borrachera de 50 años. Y eso viene de un viejo experto en surf que hizo su parte para mantener el status quo.
Hill está en una buena posición. Gran parte de su trabajo ha abordado la (des)igualdad de género y la exclusividad (o falta de ella) de la industria. Había abordado esos temas desde distintos ángulos. Su cortometraje “Pear Shaped, se burla de todas las pequeñas absurdeces de la realidad cotidiana que implica ser mujer en el agua. El humor es la espada para ensartar los desafíos cotidianos que enfrentan las mujeres cuando simplemente van a surfear. Y, hasta donde yo sé, es la primera película de surf en utilizar el término “minge cringe” y mostrar a un surfista usando una compresa.”
En el episodio de la serie “Cómo se les paga a los surfistas” de Stab titulado “La sexualización del surfing femenino”, fue la voz serena, articulada e inquebrantable de Hill la que señaló de manera más efectiva la desigualdad y la misoginia que han abundado en la industria del surf desde, bueno, siempre.
Por otra parte, el podcast La Gente del Agua que presenta junto a su compañero Dave Rastovich, utiliza conversaciones con diversas voces dentro de la cultura del surf de todo el mundo para abordar cuestiones sobre ecología, aventura, comunidad, activismo y ciencia.
Y aunque Hill tiene sus propias opiniones sobre dónde ha estado la industria del surf y hacia dónde se dirige, realmente quiere escuchar lo que las mujeres surfistas de todo el mundo piensan y sienten.
“Quizás muchas mujeres piensen que es una causa perdida y que preferirían invertir su tiempo y dinero en otra cosa”, afirmó. “Pero creo que existe una enorme oportunidad de ayudar a dar forma al futuro de la industria”.
El primer paso de ese proceso es el Cuestionario de la Comunidad de Mujeres Surfistas de seis minutos de duración, que ya han completado más de 500 surfistas. Pero Hill quiere conocer a más personas y el plazo se acaba antes del 14 de septiembre. Entonces empezará a analizar los datos para ver dónde es más necesario actuar. Hill está convencido de que cuantas más mujeres se inscriben, más fácil será entender cómo la industria del surf puede hacer un mejor trabajo para conectarse con las mujeres.