Cuando Valentino Rossi cambió Honda por Yamaha, dejaba atrás una moto que lo había impulsado a conseguir tres campeonatos consecutivos para un equipo que llevaba 12 años sin conseguirlo.
Fue un riesgo colosal, pero que redefinió la historia de MotoGP. Honda se mantuvo firme y no permitió a Rossi probar su nueva Yamaha hasta la última oportunidad posible antes de la temporada 2004.
No importó. Rossi se convirtió en el primer piloto desde Eddie Lawson en la categoría reina en ganar campeonatos consecutivos con motos diferentes.
Carlos Checa fue su primer compañero de equipo en Yamaha. Es una asociación que ha quedado en el olvido, dada la duración del mandato de Rossi y la volatilidad que compartió con otros compañeros de equipo, en particular con Jorge Lorenzo.
Checa, que quedó séptimo en 2004 cuando su nuevo compañero de equipo arrasó en la conquista del título, admite que quedó atónito cuando Rossi llevó una moto Yamaha del olvido a la gloria.
“No creíamos que Valentino fuera capaz de ganar con Yamaha, y lo hizo”, dijo Checa a DAZN el año pasado.
“Para mí también fue una lección porque creo que nos quedamos un poco dormidos al encontrar límites en la moto.
“Valentino llegó con energía en su mejor momento”.
Rossi es ahora sinónimo de su etapa en Yamaha. Tal vez ahora se pase por alto el tamaño del riesgo que asumió al dejar Honda.
Checa dijo: “Creo que fue una venganza para él: ‘¿Crees que gano porque tengo una Honda?’
“Yamaha también había trabajado mucho. Empezó un cambio drástico”.
Checa ahora se siente orgulloso del pequeño papel que desempeñó en la larga lista de éxitos de Rossi. Como compañero de equipo en el mismo garaje durante un año, Checa ayudó a desarrollar la moto que Rossi llevó a nuevas alturas.
“Trabajamos mucho con la moto, creo que hicimos un trabajo increíble con Yamaha, pero la satisfacción es que al año siguiente hicieron una moto nueva y hubo que volver a la antigua, que es la que dejamos”, afirmó.
Rossi exigió un muro que separara el garaje de Yamaha cuando Lorenzo era su compañero de equipo, pero con Checa no hubo tales problemas.
“Era muy transparente, tal y como lo vemos”, recuerda el español.
“Muy competitivo. Tenía unas habilidades enormes y, sobre todo, una capacidad de gestión mental.
“Era un tipo diferente que quería aprender.
“Tengo una relación excepcional con él. Fue una gran oportunidad compartir el box, las experiencias, los momentos y el trabajo con uno de los mejores pilotos que ha existido jamás”.