Alex Yee se recuperó del borde de la derrota y consiguió la medalla de oro más famosa de los Juegos Olímpicos el miércoles, con un poco de ayuda de su ídolo de la infancia.
Yee parecía destinado a la derrota en las calles de París cuando se encontraba a 14 segundos de su gran rival neozelandés Hayden Wilde cuando sólo quedaba una vuelta de 2,5 km de la última etapa. Parecía que Yee, de 26 años, no tenía respuestas para el ritmo implacable de Wilde.
Pero entonces, según la presentadora de los Juegos Olímpicos de la BBC Clare Balding, escuchó una voz entre la multitud. Era el hombre al que él mismo había visto ganar el oro olímpico en Londres en 2012: un tal Alistair Brownlee. El dos veces rey olímpico transmitió un simple mensaje de esperanza y un mensaje de que esta carrera podría no haber terminado todavía.
Fue un mensaje que animó a Yee a dar un último empujón para alcanzar y superar a Wilde en las últimas etapas y convertirse en campeón olímpico en las circunstancias más dramáticas. Un momento deportivo para la historia.
El mensaje de Alistair Brownlee a Yee
Balding, hablando en la BBC el miércoles por la noche, relató el momento y explicó: «Hubo una voz entre la multitud que Alex Yee escuchó. Quedan 2,5 km y está luchando mucho; en ese momento casi parecía que lo atraparían por la plata. Oyó la voz de Alistair Brownlee.
“Y Alistair Brownlee, obviamente doble medallista de oro en esto y su mentor, gran inspiración y también su compañero de entrenamiento en Yorkshire, Alistair Brownlee dijo: ‘Todo puede pasar, amigo, cualquier cosa todavía puede pasar’.
“Y de repente, Alex Yee despega y ahí es cuando supera a Hayden Wilde. Y uno se pregunta dónde estaba exactamente Alistair Brownlee. Hablamos aquí sobre los efectos de la multitud, pero también del efecto de una sola voz. Y de hecho, esa inmensa multitud francesa, y de repente Yee encuentra un poder y una fuerza dentro de él que no sabía que tenía. Fue extraordinario”.
El miércoles por la mañana en París quedará para siempre en la historia del triatlón por el dramatismo que brindó, y esto simplemente agrega otro giro alucinante para darle una resonancia aún más duradera.