Resulta difícil encontrar la manera de ganarle a Brasil, al que nunca pudimos vencer por Eliminatorias. Hasta para el más ferviente de los hinchas suponer un escenario perfecto en el que superamos al pentacampeón del mundo es casi impensado y atípico. Tiene que pasar algo extraordinario para terminar la noche con una victoria. Pero en el fútbol suceden cosas extraordinarias y hasta el equipo con menos posibilidades puede sacar resultados sorprendentes. Desde allí, Perú tiene sus recursos. Si bien el duelo contra Paraguay dejó dudas, se pudo ver una versión mucho más reynosista que garequista en tierras guaraníes. Y ese es un punto a favor de Reynoso.
Sin ofrecer su mejor juego, la bicolor pudo sumar de visita con un hombre menos. Conseguir ese objetivo hubiese resultado complicado años atrás, cuando el equipo caía en el desorden producto de la inferioridad sobre el campo; pero esta vez lo logró jugando desde lo defensivo, con el replanteo táctico de Reynoso y los aciertos en los cambios que el DT realizó para reducir la ventaja numérica de Paraguay. El ‘Cabezón’ leyó el desarrollo del partido, lo procesó y tomó decisiones con base en ello. Convirtió la debilidad de su equipo en una fortaleza.
A Reynoso lo etiquetan de conservador por ser un técnico que prioriza el orden táctico y cree en la frase de que los equipos se arman de atrás hacia adelante. Pero preferencias hay varias y una cosa no quita la otra. El DT de la bicolor no se encasilla en una sola idea; al contrario, es ofensivo y/o defensivo de acuerdo al rival. ¿O no es así? Una selección que recibe más goles de los que marca jamás podrá ganar partidos ni, por consiguiente, clasificar a un Mundial. Hay que ser sólidos atrás para fortalecer línea por línea. Y el ‘Cabezón’ así lo entiende.
El segundo tiempo contra Paraguay fue la muestra del pensamiento Reynoso en su estado más puro; sin embargo, lo que Perú necesita ante Brasil es eso y más. Si bien es necesario cuidar el cero en arco propio, lo es también convertir los goles, hacer que el equipo funcione de mitad de cancha hacia arriba. Y ese desafío es tarea del entrenador, quien ahora encontró en Renato Tapia a un baluarte en la zaga central y en Pedro Gallese a una divinidad en la portería. Pero todavía es insuficiente, porque la bicolor necesita alternativas para proponer un mejor juego. Yoshimar Yotún continúa siendo el pulmón del equipo y Paolo Guerrero la esperanza del gol que todavía no llega. Después de ellos, André Carrillo ya no es el mismo de antes y su nueva función coquetea con la creación.
Lo que Reynoso sí podría hacer es arriesgarse con Joao Grimaldo o Piero Quispe, cuyo juego refresca a la selección y serían una alternativa ante Brasil. Lo mismo con Marcos López y Wilder Cartagena, que también ingresaron bien ante Paraguay y piden mayor protagonismo. Por lo demás, la bicolor necesita de todos en su mejor nivel. Desde atrás hacia adelante, es posible obtener un buen resultado. Para ganarle a Brasil, no solo es necesario jugar mejor, sino estar decididos a tocar el cielo con las manos.
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