El nombre, después de todo, lo dice todo: Fundación Mundial de Tenis. Existe esa palabra (Mundo) que nos recuerda cómo la solidaridad no debe limitarse a los países africanos donde opera la fundación iniciada por Federico Coppini. Los vientos de la solidaridad ahora han llegado a China, al Shanghai Racquet Club en particular, donde opera el maestro Edoardo Persichetti, uno de los muchos expatriados italianos en todo el mundo.
Hace unos meses se enteró de la existencia de la fundación e inmediatamente se puso a querer hacer algo concreto. Pocas palabras, muchos hechos. En junio organizó un torneo de dobles entre los socios del club, en el que participaron 24 equipos, y finalmente pasó a recaudar fondos para fines benéficos de la fundación.
Pero no estaba satisfecho: con el acercamiento del nuevo curso escolar, siempre un momento bastante delicado, organizó un partido de exhibición en su club La asistencia a la reunión era gratuita, pero los interesados podían hacer una oferta benéfica, cuyas ganancias se destinarían íntegramente a la Tennis World Foundation.
Edoardo salió al campo contra Vimal, un jugador fuerte del club, y todos los aficionados recibieron una serie de gadgets gratuitos: cuatro botellas de vino de las bodegas de Interprocom (una correduría internacional con oficinas en Italia y China), con un valor comercial de unos 160 euros, dos lecciones privadas con el propio Persichetti, valoradas en unos 150 euros, y dos cupones de unos 65 euros cada uno para dos de los restaurantes italianos más destacados de Shanghai: Al Borgo e Porcellino.
Por si fuera poco, unirse al partido benéfico garantizaba un 40% de descuento en una tienda de la FILA. El espíritu de iniciativa de Persichetti ha sido notable y eficaz, porque no se ha limitado a ayudar a la Tennis World Foundation, sino que ha ofrecido valiosos beneficios a todos los que se han sumado.
El partido se jugó el viernes 3 de septiembre, a las 18.30 horas en China, y Persichetti ganó en el campo. Pero los verdaderos triunfos fueron de parte de todos aquellos que dejaron una contribución a la fundación que tiene su sede en Stellenbosch, Sudáfrica, cuyos objetivos son cada vez más ambiciosos y necesitan apoyo y apoyo.
El eje con China permitió recaudar 13.244 renminbi, la moneda china (equivalente a 1.750 euros). En términos de la moneda sudafricana, esta cantidad ascendió a unos 30.000 rand. ¡Figura muy importante! Para dar una idea de la importancia del trabajo de Persichetti, el Tennis World Tour que está recaudando dinero de las inscripciones del torneo para rehacer los campos de Stellenbosch (donde entrenan los chicos de la Fundación) e Idas Valley, ha recaudado algo más de 36.000 Rand en un año.
Una suma importante, pero el poder adquisitivo chino es mucho mayor que el de Sudáfrica. Desde esta perspectiva, la ayuda de Shanghai es particularmente valiosa. La esperanza es que la colaboración entre Shanghái y Stellenbosch pueda continuar, y que otras realidades puedan darse cuenta de la bondad del trabajo de Federico Coppini y del esfuerzo diario que él pone, junto con su personal, para dar sonrisas y esperanzas a decenas y decenas de niños. que otros corren el riesgo de encontrarse con la miseria, la enfermedad y el crimen. Y todo gracias a la magia del tenis. Gracias, Edoardo, gracias Shanghai.