Independiente Rivadavia es de Primera. Luego de años de espera y tras un torneo en el que peleó bien arriba de principio a fin, se le dio. La Lepra mendocina tiene un lugar, su lugar, asegurado en la Liga Profesional a partir de la próxima temporada. Y después de vencer 2-0 a Almirante Brown en el alargue en la final del Nacional, la locura se desató tanto en el Mario Alberto Kempes como en Mendoza.
Levantar la copa, sacarse fotos con ella, cambiarse la remera del partido por una que llevaba la frase “Somos de Primera”, desahogarse al grito de “dale campeón” y la típica vuelta olímpica, estuvieron en Córdoba. También se vio el festejo con los 20.000 leprosos que viajaron kilómetros y kilómetros con tal de estar en el partido más importante de la historia del club.
Pero si se pensaba que la celebración iba a terminar en el Kempes, estaban equivocados. Esto continuó en el hotel y luego en cada lugar por donde los jugadores de Independiente pasaron. Después de un domingo histórico, tocó pegar la vuelta para el Bautista Gargantini para seguir con la fiesta. Sí, de la tierra del fernet había que regresar a la tierra del vino.
La fiesta pasó de Mendoza a Córdoba con la misma euforia
El plantel realizó el trayecto en avión, pero esta vez ya con la copa bajo el brazo. Y por redes se empezó a imponer la idea de hacer una caravana desde el aeropuerto hacia el estadio. Y así sucedió. Los 12 kilómetros que separan El Plumillero del Parque General San Martín se tiñeron de azul. Los campeones arribaron cerca del mediodía a tierras cuyanas y emprendieron un largo camino para celebrar junto a miles de fanáticos de todas las edades.
Ya dentro del aeropuerto había gente de La Lepra con banderas, gorros y camisetas del club para aguardar por los héroes. Luego, los hinchas acompañaron al micro descapotable que llevaba a los hombres que hicieron historia en una larga caravana de motos, autos y hasta personas caminando a la par del plantel.
Llegando a las inmediaciones de la cancha, un pasillo de vallas esperaba a los jugadores, los cuales desfilaron en el descapotable, con copa en mano, siendo mirados, mimados y alabados por todo el pueblo leproso.
La intimidad del campeón
Los futbolistas también se lookearon para la ocasión: hubo pilusos, banderas y una camiseta especial. ¿La música? Un poco de cumbia, reggaetón y muchísimas canciones que semana tras semana se escuchan en las tribunas, las mismas que se llenaron ayer para recibir a Alfredo Berti, el padre de la criatura, y a un plantel que escribió la página dorada de un libro que será vendido en cada rincón de la provincia.
Porque ellos hicieron méritos suficientes para obtener el premio mayor. Sí, Independiente fue el equipo que más puntos sacó en la categoría, fue el que más ganó, el que más goles hizo, tuvo al goleador del campeonato (Alex Arce con 26 tantos) y fue el segundo que menos perdió. Así, con muchísima resaca y ganas de seguir festejando, La Lepra empezó a despedirse de la Primera Nacional.